El caballero de la moda

Todavía no se por qué comencé con Armani esta serie de perfiles, pero creo que es por lo identificada que me siento con él, sus talleres, su sobriedad. Para entender la moda hay que conocer quiénes están detrás de ella, he aquí la historia del que es, para mí, el caballero de la moda.

Caracterizado por sus prendas de líneas rectas y más bien sencillas, Giorgio Armani ha sabido mantenerse en un mundo cargado, en ocasiones, de colores estruendosos, nació en Piacenza el 11 de julio de 1934 y antes de destacarse como diseñador estudió medicina en la Universidad de Milán. Luego de cumplir el servicio militar trabajó en los grandes almacenes La Rinascente y tuvo la oportunidad de demostrar su talento en 1964, cuando fue contratado por Nino Cerruti para diseñar una línea de prendas masculinas llamada Hitman. Giorgio, como le gusta que lo llamen, formó su propia empresa dedicada a la moda masculina en 1975, introduciendo un año más tarde la línea femenina.

La moda de los setenta, no fue del agrado de este hombre menudo y musculoso, por este motivo comenzó a involucrar mujeres americanas como protesta a la “aparatosa y rara” tendencia de la época. Armani se convirtió en el favorito de las estrellas de cine, a partir de los trajes utilizados por Richard Gere en American Gigolo (1981) esto marco el ascenso imparable de la marca.

Actualmente el emporio Armani reúne seis líneas de ropa principales y ha entrado en mercados asiático con mucho éxito, así como en otros rubros como fragancias, bombones y hoteles. En enero de 2005, se lanzó en París Giorgio Armani Privé, una colección de alta costura  con la que nos deleita cada año en la semana de la moda.

En 2006 la revista Forbes lo consideró como el diseñador de mayor éxito comercial salido de Italia, estimándole una fortuna de 5,3 mil millones de dólares. Pero no todo en la vida de Giorgio es diseño, también le queda tiempo para su afición al fútbol y es seguidor del Inter de Milán. Confiesa que detesta lo postizo, “lo único postizo que admito son las hombreras” refiriéndose a las mujeres que se someten a múltiples cirugías estéticas. “Yo respeto el cuerpo, lo respeto muchísimo y no pretendo cambiarlo, aunque no sea perfecto”

A lo largo de los años, sus prendas se han convertido en un referente de la clase ascendente y se ha considerado garantía de elegancia por sus colores sobrios; para este diseñador algunos colores del círculo cromático, no están permitidos: A mí no me van los colorines. Yo suelo ir de azul marino, gris… Ni en mi cabeza ni en mi armario hay lugar para estridencias.

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